Insoportable... Cap 10

Sebastián [POV]

-No reconozco nada- Dijo Frank frustrado luego de andar por el bosque todo el día, aunque yo tenía la sensación de no haber llegado lejos, era solo que nos fijábamos muy bien donde pisar y atravesar el río fue difícil, ahí nos demorados unas tres o cuatro horas, al final pusimos el tronco de un árbol atravesado.

Teníamos que salir lo más rápido posible, no me podía sacar esa imagen de la cabeza: Daniela en un hospital mientras su vida se escapa por la ventana.

Habíamos hecho muchísimas marcas, probablemente cada medio metro. Puse otra marca y luego encontramos un lugar donde no había tantos árboles. Dormimos allí, más bien Frank , yo no pude cerrar un ojo… Pero justo luego del amanecer algo me llamó la atención

Eran los gritos de una chica ahogados, parecían llamar a alguien, solo que no entendía que decía. Poco a poco el sonido se fue acercando

-¡Sebastián!- Y claro que reconocía esa voz. Era la ronca voz de Ana
-Ana- Grité fuerte-¡Ana!

Ella volvió a gritar mi nombre y yo el de ella, la divisé a lo lejos mientras pasaba por un árbol.

Corrí hacia ella

-¿Qué pasa?- Pregunté preocupado-¿Y Daniela?
-De eso vengo a hablarte- Dijo ella respirando entrecortadamente. Seguramente había estado corriendo
-¿Qué paso?- Pregunté preocupado-¿Ella está bien?¿Por qué rayos no viene contigo?
-Yo…Yo- Dijo tratando de recuperar el aliento- Cometí un error…Lo siento mucho, muchísimo…Yo no quise…
La miré con cara de interrogante
-Yo no sabía que no sabía… No quería
-Ana- Dije interrumpiéndola-Llega al grano por favor
-Yo… Yo le dije que Tiago murió- Soltó mirándome fijamente
La mire envenenadamente y empecé a correr. No había tiempo de discutir, no había tiempo de enojarse, no había tiempo de recoger las cosas, ella debía estar desmoronándose sola en el campamento.
No se si alguna vez había corrido tan rápido, solo sabía que mis pulmones estaban agotados. Estaba enojado, porque ella estaba sola, porque sabía que Santiago le importaba demasiado y además, debía estar furiosa conmigo.
Y tenía toda la razón, era un maldito estúpido. ¿Por qué no se me había ocurrido algo mejor? Un campamento, que listo, gran idea Sebastián.
Sabía que ella era lo suficientemente arriesgada como para perderse en el bosque buscando la salida, y sabía que ella era un imán para el peligro y cualquier cosa le podía pasar, incluso podría haberse caído al río.
Sentí que alguien me seguía, era Ana.
Quería gritarle y decirle hasta de que moriría, pero no era momento, tenía que seguir corriendo.
Cuando vi el prado el corazón me empezó a latir de una manera extraña, obviamente por la actividad física, pero también se me quería salir: Tenía ese presentimiento de cuando algo esta mal.
La carpa de Dani estaba vacía.
Creí que me desmayaría.
-Daniela- Grité en voz alta
En la carpa de Ana tampoco estaba
Maldición
-¡DANIELA!- Grité fuerte
Empecé a darle vueltas al lugar
No no no
-¿No está?- Preguntó Ana roja como un tomate mientras entraba en el prado, se había quedado atrás
-No- Respondí frustrado
Como si fuera poco, ahora había comenzado a llover
-No creo que se haya ido- Dijo Ana saliendo de la carpa de Dani- No se llevó ni su abrigo
-¡Daniela- Gritó Ana dándole vueltas al prado
-¡Daniela!- Grité yo otra vez. Odiaba sentir ese vacío… Era… Era insoportable. Ahora ismo podría estar muriéndose de frío debajo de un árbol, o podría estar perdida, o podría…
Oh no, ¡No!
Eso azul que divisaba a lo lejos era del mismo azul que… Que la camisa que ella traía puesta en la mañana.
-¡Daniela!- Grité-¡Ana ven!
Efectivamente, cuando me acerqué reconocí su cuerpo. Estaba derramada en el suelo totalmente empapada y su cabello cubría su rostro. Tenía pulso-Aunque débil- y estaba respirando.
-Daniela ¿Puedes oírme?
No podía ladearle el rostro porque no sabía si se lo había lastimado, no podía moverla. Nada, ella no respondía nada.
-Dios mío- Dijo Ana al llegar al lado mío
No era nada bueno. Nada bueno. Tenía que sacarla de allí y evitar que se mojara más porque ahora llovía más fuerte, pero no debía hasta saber que tenía.
-¿Está consciente?- Preguntó Ana
-No- Respondí tratando de conservar mi cordura
Empezamos a chequear sus brazos, su cabeza, sus piernas para saber si estaba herida
-Su tobillo- Dijo Ana- Creo que se lo torció
-Ok. Entonces trae una rama por favor, ya sabes
Ana trajo una rama plana y me prestó una cinta con que amarraba su cabello para amarrarla al pie de Dani.
-Tenemos que llevarla a la carpa- Dije mientras tomaba su cabeza con delicadeza y Ana tomaba sus pies para evitar moverla demasiado.
Como médico… Como médico sabía que la vida era tan frágil como una burbuja.
Concéntrate Sebastián
Llegamos a la carpa más grande y la acostamos, todos estábamos empapados.
-Daniela- Dije mientras me arrodillaba a la orilla de su cabeza- ¿Puedes oírme?
-Daniela- Repetí de nuevo mientras sacudía su cabeza.
Ana tomó mi estetoscopio y empezó a revisarla
-Débil- Susurró ella con el ceño fruncido mientras se ponía el estetoscopio en su cuello.
Me mataba no saber que tenía. Entendí porqué los médicos no debían interferir en casos familiares: Desesperación.
Ella estaba pálida y tenía los labios morados, y su piel dejaba una clara evidencia de que se estaba congelando. Empecé a desabotonar su camisa para ponerle una mía que también fuera de botones y estuviera seca… Ana empezó a ayudarme con su pantalón.
Le puse mi camisa mientras seguía diciéndole cosas para que intentara despertar
-Sebastián- Dijo Ana
Me quedé mirando el rostro de Daniela
-Sebastián- Repitió ella con una voz que me hizo preocupar
La miré con cara de interrogación y luego seguí su mirada. Ella miraba…
Dios mío

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